Nació en La Coruña, España el 27 de enero de 1889 y murió en París el 14 de febrero de 1919. Su familia emigra a Argentina en 1892. En París, estudió en la Academia Julien. Comienza a hacer retratos y desnudos de elegancia extraordinaria para los que fue modelo Simone Nafleux, su compañera de vida. Expuso individualmente en la Galería Witcomb en 1910. Permanece algún tiempo en Buenos Aires y en 1912 concurre a la exposición de arte gallego. De los primeros años parisinos es un autorretrato que posee el Ayuntamiento de La Coruña, con modos de Manet, se representa con un aire romántico de mirada nostálgica, elegante y hasta dandy, como realmente debía ser el artista, ambientado bien en París. Obtuvo Segunda Medalla en el Salón de los Campos Elíseos en 1913. Recorrió Francia en busca de temas para sus paisajes, desde Bretaña a la Costa Azul. En 1918, huyendo de la gripe epidémica, abandona París y vuelve a La Coruña. Trae su pintura impresionista y sus desnudos elegantes, probablemente considerados atrevidos para su época, aunque sean más discretos que la Olimpia de Manet. Taibo regresa a París a finales de 1918. La obra del inventario del estudio del artista participa en la Exposición de Arte Gallego de Buenos Aires. Su obra es importante en la etapa que une el folclorismo con las nuevas tendencias. Como artista, estaba excepcionalmente dotado. Dibujante firme de largo ejercicio académico, sus desnudos, de difíciles escorzos muy bien resueltos, están hechos con buen oficio y en modos postimpresionistas que lo acercan al modernismo de transición y hacia ismos, más avanzados. En el paisaje se comporta como un impresionista ortodoxo, si así puede hablarse. Mancha gruesa, toque de pincel nervioso, pasión por la luz. Algún ejemplo de las cosas francesas, que guarda el Museo de La Coruña, confirma su capacidad de construir directamente con el color, con soltura sorprendente, siempre con una paleta caliente, en carmines, azules, ocres y amarillos.